.. Lejos de una jugada política, lejos de una reacción de venganza, de fondo queda dolor. La desesperación de no saber dónde está... el pánico que ronda las calles y un teléfono sin sonar, una puerta sin abrirse, una incógnita... y el silencio. Son Madres. Como la mía, como la tuya. Que se preocupan, se preocuparon y se preocuparán por liberar al viento un poquito de esa verdad. No dejaron de luchar, y tibias lágrimas acompañaron sus años, desde el 76 a esta parte... Por un segundo piensen, cuanto dolor representa una cama vacía, cuanda desdicha trae consigo el silencio, la quietud, la "reorganización"... Acompañar a las Madres, no es más que quebrar esa calma. Romper estructuras, buscar en lo impensado. Reclamar. Nunca dejar de Reclamar. Nunca olvidar...
NUNCA MÁS.
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