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jueves, 16 de diciembre de 2010

LOS TRABAJADORES, DEFENSA y SOSTÉN de la INSTITUCIONALIDAD

Compañeros estamos a fines de un año atípico en el cual el Movimiento Obrero Organizado adquirió un protagonismo inusitado a través de la Confederación General del Trabajo y de la decisión política de su conductor, el Compañero Hugo Moyano.
Este protagonismo, que no se debió haber perdido nunca, puso a los trabajadores organizados como actores y generadores del equilibrio necesario para la continuidad institucional del país, nada más y nada menos. Frente al atropello al Gobierno constitucional de parte de los sectores mas reaccionarios y gorilas de la sociedad la fuerza de la CGT, sumada a su prudencia y madurez, dieron como resultado la paz social, que permitió que el equilibrio económico no se desbarranque llevándose con ello a gran parte de la sociedad a un camino sin salida.
El Movimiento Obrero ha tenido en sus etapas históricas distintas misiones trascendentales. En los años cuarenta cincuenta, acompañó el proceso revolucionario del Gobierno del General Juan Domingo Perón. Luego del golpe militar de 1955, asumió el rol de la resistencia y la lucha por el retorno definitivo a la Patria del líder. Durante la dictadura de 1976 a 1982, participó en la lucha por los derechos humanos y la defensa de los derechos de los trabajadores con un sinnúmero de paros y huelgas. Ya con la recuperación de la democracia, la CGT fue la verdadera caja de resonancia de la línea nacional y popular en la República Argentina, asumiendo la conducción política de los sectores más postergados del Pueblo.
En los ´90, el Movimiento Obrero Organizado que condujo Hugo Moyano llevó adelante la lucha contra el neoliberalismo más salvaje.
Hoy la Argentina se recupera de los desastres que causaran el menemismo y la alianza en nuestra Patria. El Gobierno Nacional lleva adelante un proceso de reconstrucción de la economía nacional, de desarrollo de la industria local, de la justa distribución de la riqueza, de la participación de los sectores populares en las grandes decisiones estratégicas. Y esta coyuntura el Movimiento Obrero,  acompañado por la participación política lograda por los sindicatos en distintos estratos del poder político, se ha erigido en el generador del equilibrio necesario para, por un lado, poner freno a la avanzada del gorilismo reciclado en la Argentina poniéndose así en el centro de la escena política nacional con un grado de madurez extraordinario. Por otro lado, se ha puesto a recomponer el movimiento nacional con una serie de acciones que van desde lo doctrinario hasta la acción concreta, transformándose nuevamente en columna vertebral del mismo.
En todo este accionar la Juventud Sindical ha tenido un rol importante y no ha abandonado jamás sus puestos de lucha en todos los frentes, desde la movilización hasta la participación política como la formación de cuadros político sindicales. En las puertas del 2010, es nuestro compromiso redoblar esfuerzos para acompañar los procesos realmente revolucionarios, manteniendo la línea de conducta que nos caracteriza desde hace varias décadas, luchando sin mezquindades en pos del interés del conjunto y teniendo como único objetivo la Unidad del Movimiento Obrero, columna vertebral del Peronismo, único movimiento capaz de conquistar la soberanía política, la independencia económica, la justicia social, la soberanía ambiental y la integración regional, sin las cuales es imposible obtener la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación.