El día 14 de septiembre de 2009, falleció el compañero y amigo, Dr. Ricardo Alberto Givone, Gerente Médico de la OSPEP. Había nacido el 12 de enero de 1938, en una casa de la calle Chivilcoy del porteño barrio de Villa Devoto en el seno del humilde hogar formado por Secundina Petrona Bossi y Ernesto Juan Luis Givone. Don Ernesto, obrero ferroviario debió esforzarse para que sus hijos accedieran a una carrera. El afán por estudiar lo llevó a Ricardo Givone a empeñarse en ese camino y sus inquietudes políticas lo llevaron a militar en la peronista Unión de Estudiantes Secundarios. Al término de sus estudios secundarios, debió trabajar como empleado bancario para enfrentar los altos costos de los libros de texto de la Facultad de Medicina. Egresó como médico el día 11 de marzo de 1967. Ferviente partidario de la Doctrina Sanitaria de Ramón Carrillo, la defendió a ultranza, aún cuando la misma tuvo prohibida su difusión hasta 1973. Patriota, realiza la Campaña Antártica desde el 22 de noviembre de 1967 hasta el 10 de diciembre de 1968. El 22 de junio de 1970 contrae enlace con Haydée Rivas, la que será su compañera de toda la vida. El 14 de mayo de 1971 nace su primer hijo, Ricardo Antonio. Vendrán después, Ramiro Alberto el 18 de agosto de 1976 y Rodrigo Álvaro el 10 de junio de 1980. Como cirujano, se destacó ocupando las jefaturas de los Sanatorios Lavalle (1969-1979) y Antártida (1972-1997). Como médico auditor, comienza a desempeñarse en 1975. Entre sus trabajos, se destacan el estudio sobre el decreto de reconversión de las Obra Sociales presentado a la Sociedad Argentina de Auditoria Médica en el año 2000, denunciando visionariamente el vaciamiento del Sistema Solidario de Salud. En el año 2001, ingresa como médico auditor de nuestra Obra Social. Con la actual conducción sindical (enero de 2003) llega a la Gerencia Médica de OSPEP desde la que hará un culto a la Medicina Preventiva y a la Doctrina de Ramón Carrillo. Inculcará hasta el cansancio, que se debe controlar al hombre sano para tratar de que no enferme y de que la Obra Social debe ir al beneficiario, sin esperar que el beneficiario venga a la Obra Social.
El mal que lo llevó tan sorpresivamente a la muerte, no impedirá que sus enseñanzas permanezcan para siempre como guía para nuestra Obra Social.
Sus cenizas se encuentran en el jardín de la casa de Villa Devoto donde nació y en la que vivió toda su vida.
Que Dios te tenga en su Gloria, querido amigo y compañero.
El mal que lo llevó tan sorpresivamente a la muerte, no impedirá que sus enseñanzas permanezcan para siempre como guía para nuestra Obra Social.
Sus cenizas se encuentran en el jardín de la casa de Villa Devoto donde nació y en la que vivió toda su vida.
Que Dios te tenga en su Gloria, querido amigo y compañero.
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